Saturday, June 25, 2016

Entre elecciones y referéndum andamos.


De tarde en tarde me es saludable sacar los principios de mi acervo intelectual a la claridad del sol, sacudirlos para que no se enmohezcan y sobre todo darle uso para que no se me desvirtúen y se disipen.

Ayer era el Brexit, mañana las elecciones de España, la semana pasada fueron las de Perú, hace también unos tantos las de República Dominicana, por ahí vienen las del imperio, en fin, hay épocas de transición como la actual en que por la confusión, casi no sabemos a qué atenernos marcados por la impaciencia.

Pues cuando esto me sucede, lo que hago es que repaso un poco los hechos de la historia, me salgo de mi torre de marfil, en fin, la historia es la única ciencia que siempre se hereda.   Es por esta razón y no por otra que me tomo de la mano de Platón en uno de sus diálogos más famosos: “La República”.  Lo importante dice Platón es que los que manden sean aquellos que están más cerca de la contemplación de las ideas y que los que defiendan a la comunidad sean aquellos que tienen un coraje y un ánimo más decidido.  Mientras tanto, el resto de los ciudadanos (los gobernados) pueden dedicarse al comercio y la producción, es decir, simplemente a seguir las directrices más o menos geniales de ese Areópago.   Decia Karl Popper sobre Platón: “es el padre de los estados totalitarios”.  Aunque sus planteamientos están muy lejos de los totalitarismos contemporáneos, hay que reconocer que su pensamiento tiene una vocación ordenancista, autoritaria y rígida.

Para 1789, la Revolución Francesa –revolución burguesa, al cabo- al imponer por la acción directa la democracia política, barriendo con vientos huracanados los privilegios de la nobleza, a favor del “Tercer Estado”, es decir, de la gente llana, del hombre de la calle, dejó sembrado el germen que impediría el florecimiento de la democracia económica, que es la que al día de hoy andamos locamente buscando.  Ya todos sabemos cómo terminó en la guillotina el rey Luis XVI en 1793.   Un detalle al margen que me gustaría compartirles es un momento cuando pasa Luis XVI seguido de María Antonieta por una de las cortes, él se vuelve y ella le sonríe y entonces dice: “Su sonrisa marcó tanto la forma de su cara, que años más tarde….., cuando me hacían identificar sus restos,  identificaría  la calavera de María Antonieta por el recuerdo de aquella sonrisa".  Es impresionante o no?

Pero que podemos decir de uno de los escritores más brillantes del siglo XX,  el argentino Jorge Luis Bórges cuando exclamó: “Que la democracia no era más que un error de la estadística”.  Obviamente, que lo hacía con simpática ironía.  No olvidemos que la ironía forma parte del arsenal defensivo y ofensivo de los intelectuales.

Sin mayores comentarios y para no aburrirles-ya que ese es el único pecado en que no puede incurrir un escritor- pareciera que el hombre civilizado dejara de serlo.  O como si retrogradara hacia el primitivismo.  La conciencia humana se desquicia, se derrumba.  Estamos más preocupados por poner los pies en Marte o en otros planetas pero sin saber cuál es el pensamiento para el futuro de la humanidad.  ¿Quién decide por quien?  ¿Qué tan preparados están aquellos llamados a decidir para decidir?

Quiera Dios que la Sociedad Universal no le espere un triste porvenir y no tengamos que rememorar la frase en latín que reza: “Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini”    (Lo que no hicieron los barbaros, lo hicieron los Barberinis)

Saturday, June 18, 2016

Reunión Manierista.


El aire de ingenuo regocijo que anima a ciertos de nuestros coetáneos por haber servido este país de sede para la Reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA), no debería de contagiarnos ni a nosotros ni a ninguna nación del continente, despertando uno de esos fugaces optimismos que son tan leves y pasajeros como la rápida euforia que producen los gratos licores violentos.

La meta que se persiguió en ese cónclave fue entre otros despropósitos corroer la base de la sociedad: la familia y al mismo tiempo impregnarnos de  culturas e ideologías que no están enraizadas en nuestras costumbres.

Una conferencia más.   ¡Pues no!   Esta fue una conferencia manierista, de la misma forma que Jackob Buckhardt, utilizó ese término para definir de manera peyorativa el arte italiano entre el Renacimiento y el Barroco.

Que distinta hubiese sido esta reunión, si en vez de atentar contra los valores morales y éticos de nuestra sociedad hubiesen promulgado por aunar esfuerzos para la estabilización de los precios de los productos básicos.   Justa y equitativa nivelación del intercambio comercial.  Que los bienes manufacturados en nuestras zonas francas, no regresen a nuestros puertos, mejorados y embellecidos por la industria tecnológica, a tan subidos costos que, al adquirirlos, nos cobran lo que nos pagaron, más un margen increíble de ventaja.

Es una pena que en esta reunión no se haya tomado en cuenta las necesidades del Monsierur La Police, en Francia, L’uomo qualunque, en Italia, el common man, en Estados Unidos, el hombre de la calle, en nuestros países subdesarrollados.

No estoy sembrando malquerencias.   Mi pretensión – pura pretensión, porque  ¿Qué puede hacer una pluma tropical contra los fabulosos intereses de esa poderosa organización? – es hacer saber que estamos despiertos, que tenemos conciencia de lo que padecemos y lo que se nos está vendiendo.

Que no suban demasiada confiadas las esperanzas de la OEA de que lograron sus objetivos para que la caída sea menos estrepitosa.  Que no se repita de nosotros lo que Renan expresó en un momento conflictivo de la vida de Francia: “Vivimos hoy de brillantes fantasmas, de sombras, de fragancias de un ánfora vacía  ¡Quiera el cielo que mañana no vivamos de sombras de sombras!



Saturday, June 11, 2016

Brexit: La diferencia entre libertad y seguridad.


El viejo símil que compara a las futuras generaciones con una almáciga, es decir, con un suelo en que se siembran las semillas para que, una vez brotadas y florecidas se trasladen a otros lugares a fin de suplantar los árboles vencidos por los años, que no pierde un ápice de lozanía con el tiempo que pasa y se renueva.

Las actuales circunstancias que hoy afecta al Reino Unido con relación al referéndum para continuar o no en la Unión Europea no pierden valor en esa significativa metáfora.  Hoy existe una trémula e insoslayable diferencia entre gobernados y gobernantes con relación a este elemento que encierra más que una simple concepción.

 Los anhelos y deseos contradictorios que se manifiestan en el seno de la sociedad inglesa son un afán de obtener un sentido de pertenencia en el núcleo de un grupo aparejado de un deseo de distinguirse de las masas, en este caso  la Unión Europea,  no es más que el dilema entre el sueño de independencia y el sueño de pertenecer o más bien es la demanda por la autonomía y el deseo de ser como los demás.

Todas esas contradicciones es el epítome en que se reduce el conflicto en la necesidad de darse la mano en un anhelo de seguridad y la necesidad de soltarse en un anhelo de libertad.   Si lo vemos desde otra perspectiva es el miedo a ser diferentes contra el miedo de perder la individualidad.

Tal como existe en toda relación, la seguridad y la libertad no pueden existir una sin la otra, pero su coexistencia no es fácil.  La seguridad sin libertad equivale al aislamiento y la libertad sin seguridad incita una incertidumbre crónica que amenaza con tambalear los cimientos en que descansa la sociedad.  En fin, una depende de la otra pero al mismo tiempo se excluyen mutuamente.

Cualquier tentativa para lograr un equilibrio o armonía entre esos valores suele ser incompleta, insuficientemente satisfactoria, demasiado inestable y frágil como para brindar un aura de certidumbre.  De ahí, que los intentos de conciliación nunca logren  el objetivo tan tenazmente buscado.  La cohabitación de la seguridad con la libertad nunca dejará de ser tempestuosa y sumamente tensa-carpe  díem- para que el Reino Unido deje de  lado la ambigüedad sobre el futuro de las semillas que vienen de la almáciga y que entiendan que por encima del triple poder, económico, militar y político, al otro lado de la baranda existe un poder más fuerte que el de la posesión de riquezas y armas: el poder de la desesperación.
Ojalá que este referéndum y sus conclusiones sobre el futuro del Brexit difunda sus conclusiones para que alcance a sus genuinos beneficiarios y destinatarios:  El pueblo inglés.

Sunday, June 5, 2016

El guardián del Atalaya

Con la llegada del atardecer,
voy diciendo mis versos con orgullosa humildad
y con pálida indolencia soy el dueño de mi jardín de sueños.

Sus rosas aún me dejan su fragancia,
con ansias espero las tórtolas
que vuelan entre góndolas y me llenan de melancolía en un lago de olas.

Mi intelecto liberé del pensar de la acritud de algunos días
porque después de la vida que Dios me ha concedido tener,
lo único que puedo es agradecer.

Oh! Fecunda cualidad de corazones nobles
que en la limpieza del azul la psiquis vuela,
sin que nadie pueda arrebatar el baño de agua castalia
que en mi alma se revela.

Excelsa actitud sagrada cuya virtud vence al destino,
con sobrada valentía engancho mi espada al cinto
y en un potro sin freno lanzo mi instinto.

Es la hora del ocaso y del discreto beso,
hora crepuscular de valientes esmeros
que al momento de la victoria gritaré a los vientos,
si no caí es porque Dios es bueno.