Monday, May 30, 2016

Madres de vida.


Desde hace tiempo existen fechas inútiles y borrosos aniversarios, hay momentos que entre narcisos y gladiolos nos remueven las estrías del corazón.
Son esos los que que nos marcan desde la infancia, el poniente del día brilla en nuestras ventanas y hacen recordar las madres de vida, que de forma generosa el destino nos regala.
Es cuando las calles se estrechan, las casas se petrifican y la luces de los carros cesan.
Entonces sentimos el idolátrico amor de una palmada, que la pensamos como parte del tiempo, que creímos pasado pero ahí están.
Es un enigma que nada en el mar de los azares, como gotas de un rocío en el aura de la mañana. Ahí siempre estás tú diciendo, ya toda vida es parte del camino recorrido y estimulas a seguir adelante recordando que toda noche tiene su amanecer.

Sunday, May 29, 2016

Los intelectuales y la modernidad.


En Francia el Estado se involucró en las artes mucho antes que en la mayoría de los países europeos.   La “Cultura” era algo que algunas personas (la elite instruida y poderosa) hacían o se proponían hacer para otras personas (el “pueblo” o la gente común en ambos casos privados de educación y poder).  Era una noción de cierto cariz mesiánico que ponía de manifiesto intenciones proselitistas.

Con la abolición de la monarquía, el concepto francés de “Culture” fue emergiendo como un nombre colectivo para los esfuerzos gubernamentales en pos de fomentar el aprendizaje, suavizar y mejorar los modales, refinar los gustos artísticos y despertar necesidades espirituales que el común del vulgo no había sentido hasta entonces o bien no era consciente de lo que sentía.   En 1859, durante la presidencia de Charles de Gaulle en la V República, se creó el Ministerio de Asuntos Culturales con visos de permanencia.  Con este paso se entendía que la vieja concepción de  “Cultura” había terminado haciéndola asequible a las masas.

No obstante, aquel intento platónico de generalizar el acceso al pensamiento se convirtió en un  eufemismo.   A comienzos del Siglo XX y a lo largo de este tiempo son innumerables los casos de grandes intelectuales que fueron apartados y silenciados por conservar ideas propias, revolucionarias si se quiere que las grandes potencias consideraban no iban a tono a sus proyectos.  Por ejemplo, Borges podía tanto sorprender con sus brillantes ideas como escandalizar con sus controvertidas declaraciones políticas.  En 1976,  luego de almorzar con el dictador argentino Jorge Rafael Videla, el gobierno de facto chileno de Augusto Pinochet le otorgó la Gran Orden del Mérito cuando expreso que “la democracia era un abuso de la estadística”.  Muchas veces se dijo que aceptar este reconocimiento era la razón crucial que lo alejó de recibir el Premio Nobel de Literatura.   Borges dijo: “Espero ser juzgado por lo que he escrito, no por lo que he dicho o me han hecho decir.  Yo soy sincero en este momento, pero quizá dentro de media hora ya no esté de acuerdo con lo que he dicho.  En cambio cuando uno escribe, tiene tiempo de reflexionar y corregirlo”.

Pero qué decir de Rubén Darío quien escribiera: “Si en estos cantos hay política, es porque aparece universal.  Y si encontráis versos a un presidente, es porque son un clamor continental.  Mañana podremos ser yanquis (y es lo más probable); de todas maneras mi protesta queda escrita sobre las alas de los inmaculados cisnes, tan ilustres como Júpiter”.  

Para Octavio Paz, la palabra “subdesarrollo” pertenecía a la economía y era un insulto de las Naciones Unidas para designar a las naciones atrasadas.  Decía: “El subdesarrollo es una excrecencia de la idea del progreso económico y social”.

En fin, lo político y lo intelectual siempre han ido de la mano a lo largo de la historia,  a veces en un oculto contubernio y otras en un pulso antagónico para ver quien se impone.  Pero la realidad es que el viejo concepto de “Cultura” al estilo del siglo XV continua ejerciéndose en la modernidad como herramienta de influencia y  manipulación proselitista, utilizando a ilustres pensadores que escriben más atendiendo a intereses políticos que a sus propias convicciones.


Thursday, May 26, 2016

Conversación entre góndolas

Hoy fui al supermercado a suplirme de algunos alimentos que andan de moda para la salud. Como no soy un asiduo tertuliano de esos lugares probaba, a suerte de venteros, encontrarlos sin ayuda de algún parroquiano que tuviera más destreza que yo en esos menesteres

Mientras me parecía estar en una historia de aventuras entre envases de todos los colores, formas y tamaños pasaba de manera agradable la ociosidad de la mañana.
Cuando de repente al otro lado de la góndola escuché, de manera inconsulta pero sin pretensión, una conversación entre dos personas de correcta retórica y fluida pronunciación. Había uno que le decía al otro: “fulano, tenemos que hacer algo; tú sabes la cantidad de jóvenes que yo los vi crecer, alimentarse y jugar frente a mi casa que no llegan a los 18 años y hoy están muertos.” Se refería a jóvenes de su sector que han caído abatidos a tiros en enfrentamientos con la Policía por distintos motivos y circunstancias. A lo que la otra persona le respondió: “Mira yo tengo un hermano, que llega todos los días a las 11 de la noche a mi casa, yo lo cuestioné para ver si era que yo que estaba errado o tal vez me había quedado atrasado en el tiempo”. Le pregunté: “¿Hermano, cómo puede ser que tú llegues todos los días a esta hora, si tú sales de trabajar a las 5 de la tarde? A lo que me respondió que lo que pasaba era que luego de sus labores se juntaba con los amigos a beber una birra o se iba por ahí con la novia y cosas por el estilo”. A continuación prosiguió diciendo: “Es que esta juventud de ahora no tiene la ingenuidad que teníamos nosotros a esa edad”. A lo que su interlocutor inmediatamente ripostó: “Mira ahora que tú me dices eso, cuando venía en el carro esta mañana pensé es que estamos viviendo una época que solo se nos vende sexo, sexo y más sexo. Vivimos en la “cultura del ay, ay, ay”. Obviamente, se refería al sexo promiscuo propio de los peores lupanares.
Grande fue mi sorpresa, al dar la vuelta  para ver la reciedumbre de los tertulianos que con tanta propiedad y sin ser pedestres habían explicado de manera tan objetiva un fenómeno social, me encontré con dos gondoleros donde uno organizaba los envases y el otro le ayudaba a sacarlos de las cajas. Entonces comprendí, la sapiencia de nuestro pueblo y del ciudadano de a pie, como nosotros que nos pensamos eruditos vivimos a espaldas de una realidad. Triste realidad que nos toca a todos y que hemos contribuido por ser permisivos a las imperfecciones de la arquitectura social en que vivimos y está convirtiendo a nuestra juventud en delincuentes y criminales que viven a su libre albedrío apartados de toda perspectiva cristiana, honestidad y vocación al trabajo encarrilados por el camino de las descostumbres y que les limita la posibilidad de tener vidas largas, fructíferas y duraderas.



Thursday, May 19, 2016

Tarde de sábado


El ocaso de la semana espero,
esa alhaja prístina maravillado,
porque voy a ser espectador de tu hermosura y mis ojos se llenan de luz a tu lado.
Desde que el crisol de la tarde trae la sombra, se buscan como ciegos nuestras soledades porque llega tu olor de primavera y la delicia de tus besos encantados.
Es la lacia blancura de tu piel, la que da claridad a la tarde oscura, que me deja ciego de placer y albriciado por la atadura de tus abrazos.
La tarde calla o canta por despecho a nuestro amor mientras la noche cae y oscurece mi dicha. Es tiempo de marchar y volver a la calle de rostros que no nos conocen.
La luna nueva es una vocesita que nos interrumpe desde el cielo, que nos despide al anochecer, no sin antes recordar que eres toda hermosura y mi amor también.

Paseo en el parque.


En una estrecha calle enrraigada a la tierra mojada entre sombras de álamos escucho niños jugar.
Es el canto lieder de los pajarillos y una estaca rectilínea la única compañía en el bullicio de la soledad.
La brisa refresca mi alma al sentir el campo en mi corazón. Toda inspiración halla cabida ante el verde pastito que resuena el arpa del viento cantor.
Creo que Shopenhawer y Dostoievsky sintieron envidia por el vasto tiempo con que disfruté el manjar.
Un farol que débilmente ilumina, me anuncia que el ocaso está por llegar. Al mismo tiempo estrellas vacilantes anuncian que el paseo está por terminar.
La noche llega vestida de ángel y ese paseo que creí mi pasado, es mi presente y porvenir porque no durará mucho tiempo, sin que lo vuelva a repetir.

Ciudad.


Ínclita ciudad que alborotada estás,
pareces una novia nerviosa
antes de subir al altar,
poblada de sueños hacia la imaginada urbe que te ha de esperar.

Sus cuadras se repiten inalcanzables
ante el adusto sol, las hojas de los árboles parecen insuficientes para con su sombra apagar el aire incandescente que hemos de respirar.
Mientras distintas imágenes pasan por mi cabeza, la ciudad a la que canto persiste en su desparpajo,
sin sentarse tranquila en la mesa,
a la hora que le sería fácil a Dios,
contarnos su histórica belleza.
Eres una cenicienta apenas bosquejada
por muladales, templos y patios
que con el cantar del ruiseñor
hacia el río reflejas tu glamour.
Pero de nuevo el mundo te ha salvado
y sin ningún remordimiento me presto,
en complicidad con el ingrato día
para que a ningún almuédano se le ocurra, gritar que mueres de agonía.

Envidias.

La envidia es el sentimiento de los abyectos que tratan con insignificante retórica denostar a sus semejantes con murmuraciones gárrulas y fisgonas. Se amanceban con Cesonia en cualquier lumpanar de un arrabal para luego salir a predicar lo ético y moral. Se creen que el 'carpe diem' les será eterno, sin embargo cada hora que pasa en el reloj de sus días las filosas manecillas les hieren y la última hora les mata. Piensan que porque los demás se muestran con una actitud parnasianica nos amedrentan con cuentos de aparecidos. Cuando le reconoces su falsía reaccionan de manera trémula y cobarde huyendo hacia el aquelarre a pedir protección. Deberían llamar a Dante para que les muestre el camino al purgatorio ya que entre brutos y humanos en el mundo de los vivos es difícil con ellos hacer una incisión.


Por los caminos del pensamiento.


Primero decídete por escribir. Luego por leer. Cuando escribes sentirás como si llegastes a un cuadrivio, tienes que pensar correctamente, ser original, tener ideas claras y usar la palabra. Adentrarte en la lectura, te sitúa en una zona de confort porque leer es pensar con la cabeza del otro y no con la propia. La lectura debe ser el sucedáneo del propio pensar. Entonces, tienes que hacer marcha atrás y empezar a pensar. El pensar te lleva a producir ideas. De dónde sacas las ideas? De un paseo en el parque, de un estado emocional, una vivencia o un sentimiento. El mundo exterior se encarga de fecundar el espíritu pensante. Solo cuando concretizas ese pensamiento propio asociado a un buen estilo puedes permitirte el lujo de abandonar la ociosidad de la pluma. Entonces vuelves y escribes, te detienes y lees nuevamente para volver alimentar la fuente de los pensamientos propios que hasta en las mejores cabezas se ha de secar hasta que el proceso se va volviendo repetitivo y natural. Es entonces cuando dejas de ser un filósofo libresco y pasarás a ser un escritor original.

Sunday, May 8, 2016

La Catedral de Guadalupe.

Si la memoria no me traiciona, con el canto de las alondras de la mañana, hace tiempo atrás recuerdo haber trepado las empinadas escalinatas del altozano justo en frente de la Catedral de Guadalupe.

En ese momento solo me interesaba tener una mejor vista de sus torres, chapiteles y el beffroi del campanario para dar erotismo a mi cámara y dejarle probar la carne de semejante majestuosidad eclesiástica y seglar.

Durante el ascenso, mi yunque comenzó a ceder más no realicé un pare hasta alcanzar la cima donde con gran dificultad pude arribar. fue el resultado de la ola humana lo que de repente cambió mi razón, al ver a los desahuciados de la fortuna, de enjuto rostro y secos de carne peregrinar en búsqueda de esa esperanza que sólo la Virgen les podía dar.   Grande fue mi decepción al no haber encontrado en esa multitud a ningún bienhallado con semejante actitud.



Saturday, May 7, 2016

La lluvia.

Se me han olvidado los nombres de las calles, el cielo verdoso se ha derrumbado, el temporal ha sido unánime dejando con bochorno a todo el mundo ante el olor a tierra mojada. El abatimiento de las aguas y sombras toca las rodillas de los boyardos donde solo los jardines han quedado alentados. En espera de que un arco de colores con pintados pajarillos con sus harpadas lenguas, saluden con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora. Oh princesa que cautivas mi corazón, echemosnos a caminar por las calles ante las doncellas que desde el cielo presencian nuestro amor.


Gracias


Al seguir la vida que Dios me ha concedido tener, quiero dar las gracias con infinita nobleza a la esperanza que me ha de sostener. Voy diciendo mi verso con modestia orgullosa seducido por la deidad del creador. Libre de la memoria, abstracta e invisible no quiero encerrar mi fe en un castillo de marfil. En ti sostuve mi primera condición de mi existir. Sin pretensión ninguna me siento colmado de intenso amor. Con el terminar del alba he encontrado paz en el bullicio del silencio que me ayuda a marcar el porvenir. Continúa en el cenaculo, que montado en mi pegaso te voy a esperar. Que mi canto no te moleste desde mi jardín donde las rosas rosadas te rinden con parnasianica pleitesia una salutación llena de optimismo y devoción.

Wednesday, May 4, 2016

La Mariposa


La mariposa,
la que se esconde entre las flores de los jardines , la de cualquier mañana o tarde, la de colores tenues en sus bellas alas que sirven como elixir a la vida. La de la primavera y de Unamuno, la que siempre vuela, la inalcanzable, la del amor platónico, la que siempre está sola, la que voló y no regresó.

Monday, May 2, 2016

El balcón


Con la llegada del alba,
la luz del astro día
penetra por tu balcón,
recordando entre cantarillos de pájaros
que una nueva esperanza te visita.

La luna, diosa de la noche, ya no domina
y tiene que ceder la majestuosidad de su espacio a la serenidad de un cielo azul.
El balcón es la cima de la montaña de donde baja el agua fresca del aljibe y trae vida a un zaguán oscuro en todo hogar.
Ahora bajo la sombra de una parra espero
la encrucijada de las estrellas que más pronto que tarde llegará y que con el ánimo de la noche me recuerda que igual de grato es vivir en amistad con la oscuridad.


Atardecer en la plaza.

Al ponerse la tarde y cerrar el crepúsculo,
todas las sombras caen en la plaza,
lo barroco de la catedral es silenciado
por el dormir de las palomas.

Los balcones remodelados reminiscencia de una época azul con sus rebruñidas finas caobas y puertas balaustradas con tocapuertas, lo único que no pueden lograr es darle movilidad a la retocada estatua del descubridor.
Los faroles marcan una simetría casi perfecta que con una luz amarillenta parecieran poner a danzar las columnas del Palacio Consistorial.
Que fácil se ve la tarde desde los tradicionales bancos de hierro. Aquí prefiero descansar con un puro y un café
que me hacen apurar antes de que uno se enfríe y el otro se ha de apagar.

Horizontes comunes.


Hubiese sido para mí un ejercicio de extrema arrogancia tratar de comenzar este artículo de la misma forma que Cervantes inició ese clásico de la literatura española el “Quijote” diciendo:   En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…. Sin embargo,  es muy difícil porque ni tengo esa categoría de escritor, ni voy a escribir sobre ficción, ni  aventuras de caballerizas.   Mi único interés es retratar una situación social que no  debe tomarnos despreocupados y que obliga a los dominicanos a cerrar  diferencias y cicatrizar heridas al finalizar el proceso electoral para elegir los priores  para que luego de este tiempo esa peculiaridad no cree una distancia entre nosotros ni nos mantenga enfrentados.

Después de mayo, los dominicanos estaremos avocados a entrar a la senda de los entendimientos.  En la obra literaria de Hans-Georg Gadamer, puntualiza muy claramente que esto solo es posible si logramos una “fusión de horizontes”.   Si deseamos encontrar y acordar una verdad común a todos, aún vengamos de distintos grupos (gobernantes y gobernados) necesitamos una “fusión de horizontes”, lo que es la condición preliminar para iniciar un proyecto de nación, sin importar banderías políticas o si hemos transitado historias separadas que deberemos  echar a un lado para beneficio del país en la búsqueda de un futuro común hacia el desarrollo y el progreso.

En ese laboratorio compartido, los dominicanos  conscientemente o no, de buena gana o no, deberemos poner todos nuestros esfuerzos conjuntos, amalgama de valores e ideales que sean útiles para el beneficio de la sociedad.

Se trata de un trabajo prolongado, de lento progreso: no se esperan resultados inmediatos.  Sin embargo, el proceso y los resultados podrían acelerarse si todos contribuimos de forma coherente y consciente a fusionar los horizontes.  Algunos escépticos me leerán con incredulidad, sin embargo, creo que en lo que no podemos caer es en una división parecida a  la Florencia de la Edad Media entre gibelinos y güelfos que retrasó su entrada al “Renacimiento” y que por más de una ocasión le quiso ganar terreno a Dante y la divina comedia.

Lo que debemos tener en cuenta para lograr este objetivo común y el cual lo describió en el lenguaje de la calle,  Dante Alighieri en su obra la Monarquía:  “Que los seres humanos se enfrentan unos con otros porque creen que les falta algo; su respuesta era un gobierno justo que ayudase a los pobres, al desarrollo de las ciudades y carentes de ambiciones privadas”.  Un modelo de justicia social  acompañado de demandas viejas pero hasta ahora insatisfechas  y articular nuevas será el fin último que nos conduzca a la senda planeada.  Por lo que al final, ninguno de los grupos podrá reclamar que ha sido ignorado o pasado por alto y nadie podrá incitar al enfrentamiento aduciendo que se les negó injustamente el reconocimiento o que no se les concedió suficiente atención.